Patricia Peyró @madridmuychic
Todavía me acuerdo de cuando abrieron Boggo, hará ya como 10 años, calculo. Automáticamente se puso de moda. Transcurrido todo este tiempo, ha sabido mantenerse dentro de ese target -con sus picos, éso sí-, a base de buen trabajo y de una actualización constante.
Boggo fue de los primeros sitios en ofrecer fórmulas intermedias entre las copas y la gastronomía: comidas y cenas funcionales y asequibles en la parte de arriba,y en un ambiente moderno y juvenil; copas y bailoteo (si hace falta) en la parte de abajo, en modo pub, compatibilizándose ambos espacios en una simbiosis muy conveniente.
Su ubicación dentro de la nobleza del barrio de Salamanca ha atraído siempre a la»atractiva juventud» de la zona, que, durante años, ha acudido a Boggo por ordas, en muchas ocasiones para disfrutar del local en su modalidad de afterwork.
Todas estas prestaciones siguen vivas hoy en Boggo, que bien puede ser ese restaurante moderno y agradable para ir con amigos cuando no se quiere ir más allá de los 30 ó 35 euros por persona. O también puede ser ese local perfecto para esas «first dates» en las que se quiere quedar bien pero sin dejarse un riñón, acudiendo a sitios cool y que dan juego porque tienen su «rollete»… Ambientados, pero sin apabullar. Y qué decir de Boggo como local de primera copa: pues también.
Su cocina de mercado tiene un punto creativo y acepta las tendencias internacionales de otras cocinas, como la mexicana, por ejemplo. Ofrece fórmulas para compartir en formato «finger food» y «casual».
Su servicio non-stop hasta las dos de la mañana, y ese espíritu libre del que hacen alarde, hacen de Boggo ese sitio con el que acertar casi para cualquier cosa.
Ahora están con ofertas de San Valentín y se han adscrito a las Cenas con Historia. Entonces, ¿os hace un Boggo?
BOGGO
Velázquez 102
(Fotos propias y del restaurante)
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