Texto by @monicamuychic
Era muy esperada la apertura de este nuevo restaurante en Madrid, el nombre de Rosauro Varo hacía pensar en un mega proyecto, copas, cocina, gente guapa….y quizá las altas expectativas puestas en Otto hayan provocado el efecto contrario.
Lo mejor de Otto, sin duda la decoración, a cargo de un grande, Tomás Alía: a la entrada, una mega barra de copeteo y mesas bajas junto a los luminosos ventanales, dominan los tonos blancos y oro, la luz se refleja de forma sutil y las enormes y originales lámparas del techo proporcionan luz indirecta creando un ambiente cálido y elegante.
Y subiendo unas escaleras iluminadas también magistralmente, nos encontramos el restaurante; primero un espacio que llaman “la biblioteca”, de nuevo sorprendente su decoración e iluminación; el único “pero” hay que ponérselo a las mesas, bajas en exceso, y las butacas, que aunque de bonito y elegante diseño, un tanto incómodas para sentarse a cenar, por lo profundas (recomiendo pedir algún cojín extra para la espalda). De nuevo otra barra da paso a otros espacios y bajada a los baños (mixtos) con una nueva barra de tequilas.
En cuanto a la carta, en nuestra opinión pensaremos que la cocina está aún en rodaje, pues no sorprende ni la carta ni la elaboración, y no justifica los precios un tanto elevados para esos platos. Eso sí, un servicio atento y amable, con ganas de agradar, aunque muy reiterativos recordando que los fines de semana hay dos turnos para cenar y que antes de las once debíamos haber terminado; no creo que un local así necesite establecer dos turnos para cenar, pero business is business!
El aperitivo de la casa, muy original, lascas de parmesano con perlitas de wasabi (picante, muy picante); tomamos unos chipirones encebollados, correctos, sin más; tartar de salmón con mostaza de Dijon (el salmón picado en grandes tacos) y rape con verduritas (el pescado demasiado hecho, esto hacía que perdiera todo el sabor). Y todo servido con una especial rapidez, fruto sin duda de los referidos dos turnos de cenas que seguimos sin entender.
Este sí que es uno de esos sitios “para ver y ser vistos”!
Castellana, 8 Madrid.
Tlf. 91 781 09 28
Fotos propias y de la web de Otto
Si queréis que visitemos vuestro local gastro, podéis contactarnos en info@madridmuychic.com
Lo de los dos turnos yo lo encuentro un poco irritante también.