Restaurante La Cabra.
C/ Francisco de Rojas 2
Madrid
914457750
Si alguien me pidiera consejo para ir a un restaurante muy especial, nuevo, bueno, de moda, y elegante, sin duda les aconsejaría “La Cabra”, del joven Javier Aranda, chef ex-Piñera, cocinero de escuela y pupilo en los mejores sitios, como el Santceloni. Ahora emancipado, protagoniza este gran proyecto gastronómico y de curioso nombre.
Con menos de un año de vida, “La Cabra” ha despertado un enorme interés en los madrileños, y ha recibido una valoración unánimemente favorable entre todos los críticos gastronómicos y foodies aficionados, y lo ha hecho a razón de combinar los mejores ingredientes: profesionalidad, modernidad y pasión.
Más de uno se preguntará por qué “La cabra” se llama así. Según nos explicaron, una cabra puede simbolizar perfectamente el estado de óptima tensión que debe mantener un cocinero para funcionar al más alto nivel, en el sentido de estar alerta y con reflejos, pero a la vez sintiéndose relajado y libre, como se sienten las cabras, en equilibrio y sin dar pasos en falso, haciendo lo que les gusta y es propio de su naturaleza en el entorno de las altas montañas.
Situado en la zona de Alonso Martínez, su ubicación tal vez se hubiera esperado más en un barrio como el de Salamanca, por ser extremadamente moderno y elegante, así como por un tipo de cocina, que ellos humildemente definen como “de mercado con fondo refinado”, pero que yo catalogaría directamente como de primera, tanto en lo que concierne a las materias primas, como a su elaboración.
El restaurante cuenta con una zona de barra a la entrada: un concepto de “tapería” más informal en el que se sirven productos como cocas, croquetas, arroces y guisos. Personalmente esta zona me parece perfecta para una cita, por ejemplo, o si se quiere tomar un vino tomando algo, y comer o cenar sin ser algo tan serio, aunque también tienen un menú del día en el que no faltan sabrosos postres y helados artesanos. Sus sillas altas con las mesas en forma de cubo le dan un aire joven y súper moderno al local, en el que -quizá sobra decir-, da gusto estar. Alguna de estas mesas es grande, por lo que es una buena opción para cenar un grupo de amigos.
La parte del restaurante ya sí se puede definir como de ceremonia y sirve a las mil maravillas para una comida o cena elegante o, por supuesto, para una velada romántica y especial. Resulta muy agradable ver la cocina descubierta con Javier Aranda o a Iván Castro Feranade quienes, aunque están trabajando, te saludan –literalmente- dándote así una cordial bienvenida que te hace sentir que estás exactamente en “el lugar” en el que debes estar.
La carta del restaurante no es muy larga, pero va sobrada en calidad. Y, la mejor sorpresa, a la hora de pagar, cuando te entregan una factura de precio comedido y que, en muchos otros sitios y de peor calidad, hubiera subido un treinta o un cuarenta por ciento con total seguridad: alrededor de 100 euros una cena perfecta para dos.
Nos gusta la analogía con la cabra montesa, nos encanta la comida, y nos fascina el diseño del restaurante, cuya espectacular iconografía no te dejará indiferente, puesto que impregna de personalidad y estilo todo el local. ¡Como cabras! ¡A seguir trabando y a seguir triunfando!
(Fotos fuente: Restaurante La Cabra)
Sitio super apetecible!, y el sitio moderno y minimalista, me encanta!. Y estoy de acuerdo, el logo muy original! Hay que ir!! Gracias
Sí, Nuria! No dejes de ir, que te va a encantar, te lo aseguro!