Una vez se ha conocido lo bueno (Astrid y Gastón) es difícil dar marcha atrás.  Existen muchos peruanos en Madrid.  Pero, ¿hay alguno a la altura de éste?  El único que, a priori, me parecía capaz de competir en esta liga de calidad, entorno y servicio era Virú.

Con estas expectativas, y la recomendación personal y encarecida de un cocinero compatriota suyo,  estuvimos hace poco tiempo cenando en Virú. Tras mirar la carta, vimos que era de los buenos en cuanto a precio, por lo que decidimos ser prácticos e ir con la oferta del Tenedor, aplicable entre semana de lunes a jueves con un  30 por ciento de descuento -excluyendo bebidas y menús-.  Entre paréntesis diré que a este tipo de sitios, que pueden rondar fácilmente los 70 euros persona como mínimo, creo que merece la pena ir un jueves, por ejemplo, ya que también está súper bien ambientado el sitio, pero no te sube tanto el precio.

Yo tengo la costumbre, buena o mala, de pedir siempre lo mismo y lo que me gusta.  Y en los peruanos siempre pido ceviche y ají.  Después podrá caer algún tiradito o lo que sea, o incluso preferiblemente algo nuevo, pero de partida siempre voy a pedir eso.  Pues bien, el ceviche de Virú no me ha gustado tanto como otros que he probado, y es por una especia que echaban que no me convenció porque me «invadía» todo el sabor.  Siendo esto una cuestión cien por cien de paladares, eso que no sé lo que era y que quizá fuera el «ají limo» que a mí me sabía como a anís, a mí me estropeó el ceviche, que, por lo demás, estaba perfecto en textura, calidad del pescado y demás ingredientes.

 

Curioso aperitivo de quinua, un cereal de su tierra que nosotros no conocemos y que son como bolitas.  Y error al pedir ensalada de quinua por no haber sabido que el aperitivo era de lo mismo.  (Ahí los camareros, a pesar de su servicio impecable, no estuvieron bien al no advertirlo).

 

 

Ají de gallina exacto al de Astrid y no tengo nada más que decir salvo que está excelente y que amo este «guisote» aunque sea un poco de rancho.

Cochinillo en forma de cuadrado, también como el de Astrid.

Todo bien en general en este bonito restaurante del barrio de Salamanca, de precios abultados pero no tanto como los treinta y pico que vienen costando los platos principales en Astrid.  Todo bien ¡pero eché de menos el ceviche del Huarique o el de Chifa!