Por Patricia Peyró @madridmuychic
La llegada del otoño no sólo afecta al tiempo, sino que lo cambia todo: los días se vuelven castaños y dorados con las hojas, pero contrastan con lo purpúreo de las jornadas de lluvia infinita. Sean cuales sean los colores del otoño y del invierno, nuestro humor se tiñe de un tono romántico que nos hace pasar mucho más tiempo dentro de casa.
Es el momento de recogerse en el hogar, a ser posible en una buena compañía, o, en su defecto, con una buena manta, una chimenea… Pero… Un momento, ¡aquí falta algo! … ¡Las velas, por supuesto! Y no nos olvidemos de ese aroma que desde la lectura sólo podemos imaginar, pero que en el día a día nos hace sentir a gusto, relajarnos, y mostrarnos tal y como somos en el hogar.
Recientemente me hablaron de unas velas muy especiales de las que hoy voy a escribir. Se trata de un producto exclusivo y que puede definirse como de lujo, porque está hecho con materiales naturales y respetuosos con el medio ambiente: cera vegetal y aromas 100% naturales destiladas en la francesa Grasse, ciudad del perfume por excelencia.
Detrás de este proyecto están dos jóvenes españoles de poco más de 30 años con una historia que contar: Fernando Maura y Esther García se conocieron en el mundo de los Recursos Humanos, pero se dieron cuenta de que aquello no les llenaba, y decidieron lanzarse con esta empresa pionera en España.
Fernando ha vivido muchos años en Francia, donde se familiarizó con la cultura, ampliamente extendida allí, de las velas y del perfume. «Me dí cuenta de que en España no había nada así, siendo un producto que allí se comercializaba muy bien.» «Queríamos huir de la fusión de olores y reproducir exactamente el olor que decimos que hay en cada vela: el de la hierba cortada, por ejemplo, lo imita íntegramente» Y yo doy fé de que es así, porque el olor es sorprendente (recuerda a un día de primavera con cierta humedad y césped recién cortado por la mañana).
La exquisita presentación de las velas en cajas de diferentes colores según el aroma se debe, precisamente, a que emulan ser un perfume, aunque en este caso es una fragancia pensada para el hogar. «Son velas que huelen incluso sin estar encendidas», me explica Fernando. Así que yo no me lo pensé dos veces y he aprovechado para regalárselas a mi madre y a mi suegra por el día del Pilar.
Las fragancias son muy personales , y por eso en Zin Zin las tienen cítricas, dulces, «picantes»… No son baratas, porque cuestan 35 euros cada una, pero una simple vela de Zara Home ya te cuesta del orden de 20 euros y no hay punto de comparación… Además duran entre 50 y 60 horas de quemado, según me ha explicado Fernando.
Otro aspecto superior de estas velas es que el vasito que las contiene está serigrafiado en plata auténtica. Es decir, va cocido y sin pegatinas, por lo que queda mucho más fino y elegante a la vista. ¡Nada que ver con las velas que encuentras por ahí!
A mi madre, que tienen una casa de campo y empieza con sus «saraos» de monterías y demás eventos, le compré dos velas con aroma de «Canela y Naranja» (35€), y lo acompañé de un set de dos saquitos de lavanda «Papillon Rouge» (18€) para meter en los cajones de las sábanas e impregnarlas con el olor a limpio y fresco. A mi suegra, que es totalmente urbanita, le cogí una vela de «Olibanum» con tres sacos de lavanda «Dumas» (22€) porque no me pude resistir a la combinación del azul y el blanco. Sobra decir que he quedado genial con mis regalos…
Por ser un producto exclusivo sólo está disponible en su web y en otros cuatro puntos de venta, todos en Madrid. Lo podéis consultar en su web. De todos modos, os recomiendo ir a uno de ellos en particular, el Hotel Only You, y de paso tomaros un brunch espectacular!
Enhorabuena a Fernando y María en su gran empresa. Os deseamos suerte y desde ya somos fans!
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