
Por Isabel López @culturamuychic
¿Sabéis esa sensación cuando entráis en un restaurante e intuís que vais a comer muy bien? Eso es justamente lo que sentí cuando entré en el restaurante “La Pilla”, un lugar que abrió hace unos cuatro meses en la calle Almagro y que está teniendo mucho éxito.
Es el tipo de local que anima a entrar. Ya en la entrada puedes observar que el establecimiento está puesto con mucho gusto. Cada detalle en la decoración lo hace único y acogedor. Y cada detalle, hasta el perchero con forma de llave del agua, está elegido por una de las socias del negocio.
La Pilla es fruto de la pasión por la restauración de cuatro socios cuyos nombres quedan representados en varias zonas del local por la palabra CLAN, siglas de las iniciales de sus nombres. La última sigla hace mención a Nacho, uno de los dueños que nos recibe en su local. La forma en la que nos cuenta cómo fueron los inicios del restaurante y qué platos ofrecen en la carta, resaltan su entusiasmo por el negocio y la restauración.
El restaurante tiene dos plantas, con dos ambientes bien diferenciados. La planta de entrada está decorada estilo industrial. La planta baja es de estilo rústico. Me llama especialmente la atención una mesa sobre la que cuelga una lámpara hecha con sombreros de paja, muy acorde con el ambiente. Fuera cuentan con una terraza para acoger a unos 80 comensales. Hace un día soleado a pesar de ser otoño y hay gente ocupando las mesas, lo que nos hace pensar, y más tarde nos confirman, que es uno de los atractivos de La Pilla.
En cuanto a la carta, posee una selección de platos muy elaborados y que han sido cuidadosamente elegidos y cocinados. Hay para elegir desde raciones típicas para acompañar a un refresco o un vino, hasta carne hecha en horno de brasas o hamburguesas. Nos comentan que hay varias raciones que están teniendo mucho éxito entre los jóvenes como son los fingers de pollo y las berenjenas fritas con miel y salmorejo. Estas últimas he de decir que tienen un sabor exquisito.
Nosotros elegimos varios entrantes: fingers de pollo, berenjenas fritas con miel y salmorejo, huevo escocés y tartar de atún rojo con vinagreta de chile. Eso sí, elegimos medias raciones, una idea estupenda por parte del restaurante, ya que, puedes degustar mayor cantidad de platos. Como plato principal, probamos la Burguer de pato: confit de pato con foie a la plancha, tomate, rúcula y cebolla caramelizada. Digo probamos porque a esas alturas de la comida y siguiendo la recomendación de Nacho, decidimos compartir la hamburguesa ya que una entera para un solo comensal sería para elegirla como plato único debido a su tamaño y consistencia.
La Burguer nos encantó. Estaba tierna, sabrosa y el foie se deshacía en la boca. En cuanto a los entrantes, mi preferido fue el huevo escocés, en parte también por lo poco visto que está.
Por último y de postre, pudimos saborear tres porciones de diferentes tartas: zanahoria, muerte por chocolate y red velvet. Aunque todas estaban deliciosas, la red velvet me gustó sobremanera. No me preguntéis de qué estaba hecha exactamente porque tan sólo recuerdo que una de sus capas era de un vivo color granate y que su sabor era muy dulzón. Pero he de reconocer que nunca antes había probado esta tarta y me pareció un punto y final muy bueno al almuerzo.
En fin, un restaurante que recomiendo para tomar el aperitivo, para comer en las horas de almuerzo de la oficina o para ir a comer o cenar con la pareja o con amigos. Encontrarás un ambiente agradable, un servicio rápido y un trato muy cordial. Además, tienen menús semanales a muy buen precio. Y por su hora de cierre, podrás tomarte unas copas muy cerca de una de las zonas con más ambiente nocturno de Madrid como es Alonso Martínez.
La Pilla, calle Almagro, 3. Horario: de lunes a jueves de 10:00 h a 2:00 h. Viernes de 10:00 h a 2:30 h. Sábados de 12:30 h a 2:30 h y domingos de 12:30 h a 17:00 h.